Los discursos parlamentarios de Práxedes Mateo-Sagasta

VOLVER AL MENÚ PRINCIPAL


961
Legislatura: 1882-1883 (Cortes de 1881 a 1884)
Sesión: 30 de marzo de 1883
Cámara: Congreso de los Diputados
Discurso / Réplica: Discurso
Número y páginas del Diario de Sesiones: 75, 1705
Tema: Reposición del Sr. Villanueva censurando Mesa por la interpretación dada a algunos artículos del Reglamento

El Sr. Presidente del CONSEJO DE MINISTROS (Sagasta): Pido la palabra.

El Sr. VICEPRESIDENTE (Ruiz Capdepón): El Sr. Presidente del Consejo de Ministros tiene la palabra.

El Sr. Presidente del CONSEJO DE MINISTROS (Sagasta): Señores Diputados, ¡qué lejos estaba yo, ocupado en las tareas parlamentarias del otro Cuerpo Colegislador, de que en éste se había suscitado una dificultad mucho mayor de lo que podían presumir aquellos que directa o indirectamente la han promovido! Afortunadamente, por lo que veo, esto será una nube de verano; ¿y cómo no ha de ser así, si a todos nos interesa que así sea, y si no hay motivo para que sea otra cosa? Ha llegado la cuestión a tomar proporciones extraordinarias que no podían presumir sin duda aquellos mismos que involuntariamente la han promovido.

Pero en fin, el debate ha tomado estas proporciones, y es necesario colocar las cosas bajo su verdadero punto de vista.

Por lo que he llegado a comprender por la lectura de las proposiciones presentadas y por las conversaciones que he tenido con amigos de uno y otro lado esta tarde, con amigos iguales, con amigos de siempre, de antes, de ahora, y yo espero que de después, resulta que todo se debe a la pasión del momento, al calor con que tomamos siempre las cosas, aun las más pequeñas; pero en honor de la verdad, resulta que el Vicepresidente que ocupaba la Presidencia por enfermedad del Sr. Posada Herrera, no ha sido realmente atacado, como ha declarado muy bien el señor Villanueva.

Se ha tomado la proposición de censura como medio de hacer uso de un derecho para explicar, para contestar a ciertos cargos, a ciertas aseveraciones que el Sr. Villanueva creía que se le habían dirigido, pero sin intención ninguna de molestar a la Presidencia. A consecuencia de esto se ha presentado después otra proposición que tenía el carácter de voto de confianza a la Presidencia; pero realmente alguno lo interpretaba como voto de censura a algunos señores Diputados, porque en otro caso, yo tengo la seguridad de que todos los Sres. Diputados de la mayoría hubieran votado la proposición de confianza, puesto que no hay ninguno que no tenga confianza en el señor Marqués de Sardoal, Vicepresidente primero del Congreso.

Si esa proposición hubiera venido aislada, sin los antecedentes que la han traído, es indudable que hubiera sido votada por unanimidad; y si todavía pudiera descartarse, aunque no de todos, de algunos de los antecedentes que la han originado, aun sería votada por unanimidad; porque, Sres. Diputados, por encima de todo lo que ha pasado, es necesario que la mayoría se manifieste unida al Gobierno, que el Gobierno se manifieste unido a la mayoría, que la mayoría y el Gobierno se manifiesten perfectamente unidos a la Mesa; que la mesa, el Gobierno y la mayoría constituyen la situación que a todos nos interesa conservar por encima de estas cuestiones a que sólo pueden dar lugar el calor y la pasión del momento. (Bien, muy bien.)

Si esto es así, ¿qué es lo que se ventila? ¿Un voto de confianza al Vicepresidente? Lo tiene de antemano y no se necesita para ello la proposición. ¿Qué podría resultar de continuar adelante esos debates? Pues podría resultar lo que no nos conviene a ninguno que resulte y lo que ninguno quiere que resulte; y es, que podríamos aparecer vencedores unos y vencidos otros, y aquí es necesario que no haya ni vencidos ni vencedores. (Muy bien.)

El voto de confianza ha sido dado realmente por el Sr. Ministro de la Gobernación con asentimiento unánime de la mayoría; y yo al ver proposiciones firmadas por amigos míos queridos y que parece que están en contradicción, ¿cómo no he de pedir a esos amigos míos queridos que esas proposiciones desaparezcan y que se restablezca la concordia, olvidando lo sucedido como si no hubiera tenido lugar?

El Sr. Villanueva queda con la satisfacción de haber hecho las declaraciones en defensa de los principios que él cree salvadores para el país que representa, y el Sr. Marqués de Sardoal queda como Vicepresidente, digno representante de la mayoría, que ha cumplido como ha creído más conveniente las prescripciones del Reglamento. Así resulta que no hay mortificación para nadie; pero si para alguien la hubiera, y fuese necesario hacer sacrificios, que los hagan todos y que no los escatime nadie; que cuanto mayores sacrificios hagan, mayores merecimientos tendrán para su partido, para las instituciones y para la Patria, (Bien, muy bien.)

Por consiguiente, Sres. Diputados, a todos me dirijo, a los de uno y a los de otro lado, para que este incidente quede aquí terminado, para que desaparezcan esas proposiciones; y yo suplico a mi querido amigo el Sr. Sales que no se obstine en sostener una proposición de que no hay absoluta necesidad, porque todos de antemano confesamos que el Vicepresidente que dignamente ha presidido esta tarde y que elegimos por nuestro Vicepresidente merece la confianza de la mayoría. Y hecha esta declaración, ya no tiene necesidad de más ni el Sr. Sales ni el Sr. Marqués de Sardoal, que el señor Marqués de Sardoal sabe hacer sacrificios, si es que cree que en este momento tiene que hacer alguno.

Yo le aseguro que si cree hacer algún sacrificio, es bien pequeño; que bien pequeño es el sacrificio que se hace en aras de la unidad de todos, en aras de la concordia del partido, en aras de la armonía del partido liberal; porque no sólo interesa la cuestión presente a la mayoría, sino que interesa al partido liberal español. Suplico, pues, a mi amigo el Sr. Marqués de Sardoal que se dé por satisfecho, y a mi amigo el Sr. Sales que retire la proposición y que todo quede reducido a una nube de verano, como dije al empezar estas pocas palabras; que no necesitan más aquellos que están tan interesados en el triunfo de la libertad. (Muy bien.) [1705]



VOLVER AL MENÚ PRINCIPAL